sábado, 23 de octubre de 2021

Charly García y una vida de leyenda


Nació el 23 de octubre de 1951 por lo que celebrá sus 70 años. Estuvo ligado desde muy chiquito a la música: cuando aún no había cumplido tres años le regalaron un piano de juguete. Días después su mamá escuchó cómo con esas teclitas creaba algo parecido a una melodía. Por este motivo empezó a estudiar piano en el Conservatorio Piazzini a los cuatro años y el 6 de octubre de 1956 dio su primer concierto, a días de cumplir cinco años.

Cursó el colegio secundario en el Instituto Social Militar Doctor Dámaso Centeno, en Caballito. A veces tocaba el piano en el salón de actos. A contraturno iba Nito Mestre y coincidieron en cuarto y quinto año.

Su madre, Carmen Moreno, era productora del programa radial Folklorísimo y un día fue Mercedes Sosa  a su casa y cuando lo escucho tocar dijo:“Este chico es como Chopin”.

En la prueba de sonido de un concierto, un pequeño Charly le aseveró a Eduardo Falú que una de las cuerdas de su guitarra estaba desafinada. De esa forma, descubrieron que tenía oído absoluto. Sobre el tema contó: Tener oído absoluto no implica que seas músico, implica que la tenés más fácil para serlo. Yo una vez trabajé de oído absoluto, de acompañar a cualquiera. Hace mucho tiempo, en Canal 7, en uno de esos programas donde los aficionados van a cantar. No era el de (RobertoGalán, pero yo tenía que escuchar al participante y acompañarlo en cualquier tipo de género, tono o lo que sea”.

En 1964 escuchó por primera vez a Los Beatles. “Me volví loco: pensaba que era música marciana. Música clásica de Marte (…) No se suponía que los jóvenes hicieran canciones y cantaran. Lo primero que escuché de ellos fue ‘There’s a place’. Y ahí, ¡kaboooom!, acabó mi carrera de músico clásico”. (No digas nada, una vida de Charly García, Sergio Marchi, Sudamericana).

No quería hacer el servicio militar por lo que intentó de todas formas que lo dieran de baja.  Inventó enfermedades y delirios. Lo máximo fue pasear a un cadáver en silla de ruedas. Cuando le preguntaron por qué lo hizo contestó: “Lo vi muy pálido”. Por ese motivo, su mamá le llevó un frasco de anfetaminas para que tomara algunas y simulara un soplo al corazón, pero él ingirió todas y casi se muere. Logró que le dieran la baja y un diagnóstico de “maníaco-depresivo con personalidad esquizoide”.

A comienzos de los 70 fundó Sui Generis junto a Nito Mestre. En 1975 se separaron, pero antes protagonizaron un histórico recital de despedida con 25 mil personas en el Luna Park. La demanda fue tal que hicieron dos funciones el mismo día. Después creó la banda PorSuiGieco, junto a Raúl Porchetto, León Gieco, el propio Mestre y María Rosa Yorio.

 La Máquina de Hacer Pájaros fue su siguiente banda con la que editó dos discos, uno homónimo (1976) y el otro, Películas (1977). En 1978 y hasta 1982 fundó y lideró otra de las bandas que dejó huella en la música argentina: Serú Girán. Inmortalizó sus letras en cinco discos: Serú Girán (1978), La grasa de las capitales (1979), Bicicleta (1980), Peperina (1981) y No llores por mí, Argentina (1982).

Tenía pensado llamar “Mi Amor” a una canción de su disco Piano bar. Pero, otra canción se llamaba así, y la Sociedad Argentina de Autores y Compositores no permitía que se repitieran los nombres. Como protesta a la norma, la tituló “No se va a llamar mi amor”.

Sobre su tema más emblemático, “Canción de Alicia en el país”, en la dictadura expresó:  “Cuando hay un enemigo visible, uno se tiene que esforzar más para protestar y que no se den cuenta. Me puse metafórico pero bastante directo. Bastante directo porque hablaba de las torturas; de las morsas, que era Onganía; los brujos, que era López Rega”. “Yo creo que los recitales de Serú Girán en Obras eran lugares de resistencia. La gente iba ahí y se expresaba. Una vez se iban a llevar a una chica en cana y yo paré el concierto y le dije al iluminador: ‘Iluminá ahí’. Y entonces estaba el tipo con la mina y le digo: ‘Somos 5.000 contra uno’. Y no se la llevó”.

A nivel continental su explosión llegó en la década del 80. Sus discos Yendo de la cama al living(1982), Clics modernos(1983), Piano Bar (1984) y Parte de la religión(1987) marcaron a fuego esa época post Dictadura y la expansión de su obra fuera del país.

Es el músico de rock nacional vivo más grande de la historia.

Su vida alternó momentos de gloria, problemas de adicciones, internaciones, problemas financieros y judiciales pero él siempre logró salir adelante y tener una carrera y una vida únicas.

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