La performance se enfoca en la relación sensible entre la corporalidad y otras materialidades, dejando ver las transformaciones que se provocan la una a la otra, en una dinámica reciproca y difusa. Un cuerpo en transformación constante, que no cierra nada de lo que abre, lo descarta, continúa y vuelve. Gatea, camina, se desploma, las acciones, los desplazamientos las danzas aparecen en la búsqueda y en el encuentro.
Las materialidades por las cuales este cuerpo es modificado y que a la vez modifica son: piedras, gelatinas y globos. En cada cruce se abren diversas formas de estar y proceder, emergen nuevos elementos dentro de esas prácticas exploratorias, la estática como reacción, el aire como fuerza expansiva y de intercambio, la gravedad como lo inevitable. En ese devenir se desenvuelve un paisaje propio de un ritual entre plásticos y material orgánico, vida y muerte.
El diseño sonoro se ejecuta en vivo, y va sucediéndose entre el silencio, los ruidos que provocan los elementos y el cuerpo, los sonidos que se graban en vivo y lo que el músico compone durante el devenir de la pieza. El trabajo de iluminación está orientado a generar diferentes paisajes y que estos aparezcan de forma progresiva por momentos y en otros que irrumpan. Perder la imagen de un cuerpo organizado, para darle lugar a otros cuerpos posibles al igual que a otros mundos, generar ilusiones, a través del juego con la sombra, el contra luz, las intermitencias.
Esta performance fue creada en el marco de la residencia de investigación y creación en el espacio Nos en Vera (noviembre-diciembre 2023) y estrenada en Fundación Cazadores en junio 2024. La propuesta se va modificando según las posibilidades del espacio en donde se desarrolla.
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